Hipertensión Arterial: “el asesino silencioso”

En Chile, un 27,6% de la población padece hipertensión arterial -1 de cada 3 chilenos sobre los 15 años es hipertenso. Esta enfermedad comienza a ser más frecuente a partir de los 45 años, y es más común en pacientes mayores de 65 años -una parte de la población que ya presenta factores de riesgo para múltiples enfermedades que disminuyen la calidad de vida. Esta situación representa un problema importante a nivel nacional, sobre todo considerando que Chile es un país que está envejeciendo a pasos acelerados.

“Para entender la hipertensión arterial, se puede hacer la comparación con una manguera. La manguera tiene una presión dada por la fuerza que ejerce el agua al pasar; va a existir una presión alta cuando pase más agua o al apretar la manguera, porque aumentará la resistencia” explica la Doctora Camila Beltrán, Ex Directora médica de Medismart.live “Esto equivale al ejercicio del corazón cuando se contrae para expulsar la sangre con mayor presión, y cuando se relaja para llenarse de sangre nuevamente. A esto le llamamos presión sistólica y diastólica, que son las que monitoreamos para detectar alguna alteración, como lo sería la hipertensión”.

Del total de la población hipertensa, solo un 68% sabe de su diagnóstico; de ellos, solo un 50% está en tratamiento, y solo ⅓ se encuentra en las metas adecuadas. Esto demuestra una deuda importante en cuanto a educación, pero es fundamental la entrega de información adecuada para abordar esta patología.

En primer lugar, es importante asegurarse de que la presión arterial está bien tomada antes de pensar en un tratamiento. De acuerdo a la doctora Beltrán, existen aspectos claves para tomar la presión de manera correcta: la postura (paciente sentado y en reposo psicofísico), idealmente contar con una silla con respaldo para apoyarse correctamente, sin cruzar las piernas y con el brazo inmóvil sobre una mesa, que la ropa no apriete el brazo, y evitar hablar durante la medición. Igualmente, se recomienda reposar sentado al menos 5 minutos antes de la medición, y durante las 2 horas anteriores no hacer ejercicio, fumar, consumir té o café, y evitar pasar rabias o emociones fuertes.

La hipertensión arterial (HTA) es denominada “Asesino silencioso”, ya que la mayor parte de la población hipertensa es asintomática.

Cuando se empiezan a producir los síntomas (dolor de cabeza, náuseas y vómitos, confusión, sangrado nasal, cambios en la visibilidad) la presión arterial ya está en cifras muy elevadas. Por ello, si algún paciente tiene alguno de estos síntomas, debe consultar a un profesional a tiempo para evitar que derive en un problema mayor.

¿Qué problemas de salud nos trae la HTA?

La hipertensión arterial trae complicaciones multisistémicas -es decir, afecta a múltiples órganos del cuerpo, especialmente si el diagnóstico es tardío o está mal controlado. Los cinco principales son: el cerebro (ataques cerebrovasculares, demencia, Alzheimer, etc.), ojos (se pudiese llegar a la ceguera), el corazón (insuficiencia cardíaca o infartos), problemas renales (daños irreversibles o insuficiencia renal crónica) y vasculares (aneurismas). Todas estas enfermedades podrían causar la muerte, producir secuelas importantes o incluso invalidez.

¿Cómo tratar la HTA?

“La presión arterial “ideal” va a depender de cada paciente. Antiguamente, se trabajaba con medidas estándar, pero hoy sabemos que la mejor presión arterial para cada paciente siempre va a ser la más baja posible dentro del rango que no implique malestar” indica Camila.

Existen dos pilares del tratamiento: farmacológico y no farmacológico, y este último es muy importante, y el paciente deberá realizar un cambio en sus hábitos y estilo de vida:

- Dieta y reducción de sodio: existe la dieta Dash, basada en la dieta mediterránea, que incluye un equilibrio de vegetales, frutas, proteínas y carbohidratos, pero con una especial reducción de sodio (consumo menos de 3 gr. diarios repartidos en todas las comidas).

- Ejercicio y reducción de peso: la reducción de peso también disminuyen todos los riesgos asociados, pero siempre tiene que ir acompañada de ejercicio (por lo menos 30 minutos diarios, mínimo 3 veces por semana).

- Cese del tabaco (aunque sea de forma paulatina).

- Manejo del estrés: ya sea físico o emocional, el cerebro asume ese estrés como si hubiera peligro, lo que aumenta la presión arterial. Episodios aislados son normales, pero si hay un estrés constante va a generar un factor de riesgo y posiblemente descompensar la hipertensión arterial.

“Un tratamiento no farmacológico bien llevado incluso podría evitar la necesidad de medicamentos, y por eso la población debe estar correctamente informada respecto a esta patología. Llevar un estilo de vida saludable es ideal no solo para los pacientes hipertensos, sino para que todas las personas tengan una mejor calidad de vida y eviten enfermedades a futuro -algo muy importante para un país que está envejeciendo” finaliza la doctora.

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